La vida me ha arrastrado, me ha golpeado, me ha triturado...
Con sus “adioses” de puertas, con sus “caretas” de personas, con sus abrazos de buses, con sus cuentas de hospitales y aún así la esperanza es necia, como si el “futuro” estuviera al cruzar la calle... allí, al frente, esperando con las “piernas abiertas” (ya no sólo con los brazos)
He cruzado miles de calles y aún no encuentro esas piernas (ni esos brazos), pero la esperanza es necia y la vida me consuela con arena y brisa de playa, con lúcuma y con música.
Entonces escondo mis “puta madre”, mis “mierda”, mis “csm”, mis “carajo”, mi dolor, oculto mi basura sentimental debajo de mi ropa (me visto bien, me maquillo y me suelto el cabello) y salgo a caminar a cualquier lugar...
Cambio de canción, de grupo, de artista, de género si es necesario... lo canto y lo bailo a mi manera (como poseída), porque a ésas piernas quiero llegar bailando.
Y entiendo que no hay “futuro” que se haga al cruzar más calles, que nada está escrito y si lo está, lo borro en el camino.
Sin embargo, sé que la vida me va a volver a insultar, a arrastrar, me va a golpear y me va a triturar... mientras yo insulto a la esperanza, esa necia, esa puta...
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