Lo maravilloso de mirarnos a los ojos, besarnos los labios y acariciarnos las manos no está en la sincronía, sino en la simultánea reciprocidad..
Ambos sabemos que puedo besarte el cuello, mientras tu boca recorre mi hombro y es un placer. Soy incapaz de negar tus caricias en mis piernas, mientras estoy pasando las palmas de mis manos por tu rostro y es una delicia. Reconozcamos que al instante en que cada uno mira la boca del otro con deseo, con antojo, está cargada de expectativa y sensaciones lascivas.
Me gusta que me mires desnuda. Pierdo la calma y la armonía aparente que suelo mostrar cuando mi cuerpo entra en el terreno de tus ojos.
Bajo tus dominios me convierto en Reina y Esclava, así de fácil los extremos, las paradojas, los imposibles. Así de sencillo lo enredado, así de vulgar lo delicado, así de inocente lo perverso, así de puro lo lascivo.
Bajo tus dominios me convierto en Reina y Esclava, así de fácil los extremos, las paradojas, los imposibles. Así de sencillo lo enredado, así de vulgar lo delicado, así de inocente lo perverso, así de puro lo lascivo.
Porque quiero ser pecadora y virgen, puta y angelical, porque así me siento bajo tus ojos que me reconstruyen cada vez que soy tuya.
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