viernes, 30 de marzo de 2012

Yo era feliz antes de que él apareciera..->


Yo ya era feliz antes de que aparecieras. Yo sabía sonreír y abrazar. 

Espera!!, es que voy muy rápido. Te necesito porque sin ti no hay otra cosa. 
No!!,  espera, de nuevo voy rápido. Tal vez esa sonrisa que tenía antes no era porque creí estar feliz, era porque sabía que te iba a encontrar. 

Como ves, no sé qué quiere la vida de mi?, pero sé muy bien que te quiero en ella. Estoy escribiendo muy revuelto, es que a veces no te entiendo o no nos entiendo. ¿Entiendes? 
Me muero poquito por  ti y vuelvo a nacer por ti. 
-“Hola, te amo”.
-” Adiós, me lastimaste”. 

-“Hola, te extrañé”. 
-“Adiós, me perdiste”. 

Se nos acaba el tiempo.  En realidad no, el tiempo nunca se acaba, se nos acaba la vida, eso sí. Pero oye, ¿te diste cuenta de que nos herimos? Fue muy rápido, nos herimos sin querer. Qué raro ¿no?.   
Tal vez pienso muchas cosas que no debería, pero me hacen sentir bien, porque todas esas cosas llevan tu nombre. Y bueno qué más te digo.. Ah, Te Amo S2. ¿Ya lo dije? pues jamás me cansaré de decirlo, tal vez tampoco de sentirlo. Entonces me doy cuenta de que te necesito, tantito. Pero como te decía, yo ya sabía sonreír y abrazar antes de que aparecieras, antes de conocerte yo era feliz. 
Entonces, en realidad no te necesito. Pero me di cuenta de algo, contigo no encontré la felicidad, la felicidad me encontró a mí. 
Entonces, yo no te necesito, es mi felicidad la que te necesita. #Ven

lunes, 26 de marzo de 2012

¿Cómo será? ..->


Me pregunto cómo será no pensar en ti,
cómo será vivir conmigo a solas,
de qué color serán las paredes de mi entonces futuro.

De qué tamaño será tu ausencia
o el olor de mis sábanas
o la condena de mis palabras.

El también sabor del viento
y la longitud de mis plegarias;
cuestionar la solidez de mis recuerdos
y la debilidad de mi memoria.

Vivir sin lunes, ni años, sin ropa, ni espacio,
sólo con silencios,
prestando con personas, muchas personas el cuerpo.
Vivir cincuenta y tantos romances
sin besos y sólo compartiendo
una cama donde aún
no caben dos.

domingo, 25 de marzo de 2012

Yo te creí..->

Este texto es un merecido homenaje a todas las mentiras que de a poco, me regalaste.

Desearte nunca me desquició tanto como aquella noche. Nuestra ropa “casi” regada en mi sala “casi” intacta de mi departamento del segundo piso en una ciudad desconocida para mi, ése momento fue la prematura rendición hacia ti, mi batalla más limpiamente perdida.


Aquellos días me prometiste quedarte a mi lado mientras yo te amaba con todos los cauces de todos los ríos de todo el mundo. Recuerdo que mientras me llenabas la espalda de besos, yo te hablaba de amor y al tiempo que me pegabas a tu cuerpo, yo te pedía susurrándote al oído que fueras para mí.

Nos miramos más tiempo del que hicimos el amor y yo todo el tiempo te creí. Me heriste, mentiste, no sentías, no amaste, no vivías, me perdiste.

Me sentí dolida como Dios - hijo y sin importarme el vencimiento de un pasaporte al cielo por invocar dioses prehispánicos, imploré que me arrancaran el corazón. Supliqué coraje y un olvido que iniciara en la palma de mis manos y terminara con las fotos de mis ojos.

Me mentiste y aún me cuesta trabajo creer que ya pagaste por tus pecados. Al final se calmó el dolor en mi pecho pero aún queda lastimada mi memoria.
Te pido perdón por desear que el viento te trajera hasta mí y me pido perdón por vivir tanto, tanto tiempo en ti.

martes, 20 de marzo de 2012

La verdadera historia, detrás del telón..->


Ayer me propusiste un juego: tú me engañas, yo te creo.

Y comenzamos a explorar, a reír, a gozar, a actuar, a amar. Y por primera vez me sentí dueña de la ficción. Fui la actriz principal de una obra inédita recreada con tanta naturalidad que encantaba a los espectadores.
Cada vez que te besaba, que era tuya, que aparecíamos en público, más convencíamos a nuestro público. Las críticas mejoraban, los aplausos estremecían, la taquilla explotaba. Los periódicos no paraban de dedicarnos páginas enteras con titulares impresionantes. Cinco estrellas, decían. Y yo me sentía nublada. La fama te vuelve ciega. La fama te crece.

Flores a mi camerino y sin tarjeta. Pero de ti, ¿de ti? Nada. Sólo un compañero sobre las tablas. Tuya era mi boca, tuyo mi cuerpo, tuya mi lengua, mi mirada, mis palabras. Mi guión. Pero tú nunca abandonaste tu papel. Te mantuviste pegado al libreto, sin ir más allá de tu rol. 

Ayer me propusiste un juego: tú me engañas, yo te creo.

Llegó el día de la escena final. Estaba nerviosa. Teníamos que agradar a los asistentes. No podíamos fallar. Se abrió el telón y empezó el acto.
"Lo siento", me dijiste. "Tengo que hacer feliz a alguien más". 
¿Alguien más? ¿Acaso no era yo la actriz principal? Empecé a tener miedo porque eso no estaba en el guión. Cambiaba de páginas desesperada mientras él se inclinaba ante el público y yo había perdido la trama. Me había perdido en una escena que no estaba planificada. Sudaba, temblaba. Leía las líneas con la esperanza de encontrar una respuesta. Jugaste a amarme por un rato hasta que llegó el clímax. Luego, empecé a llorar. Estaba destrozada: habías logrado que mis lágrimas explotaran sin esfuerzo. Te sentías satisfecho. "Me engañaste bien", pensé.

De pronto, los aplausos. Me vi rodeada de flores, sonrisas y la gente de pie, extasiada.

Yo seguía en el suelo. Un poco asustada, un poco mareada. Él había abandonado el escenario y el telón se cerró. Todavía escuchaba los comentarios de la gente que abandonaba el teatro. Todos positivos. ¿En qué momento me perdí? Intentaba organizar mis ideas cuando me puse de pie. Buscaba al director. "¿Qué director?. Tú siempre llevaste la batuta", me respondieron. Sí, eso es lo que yo pensaba pero yo no escribí el final así. ¡Ese no era el final! Gritaba desesperada. Y el eco. Nada más.

Ayer me propusiste un juego: tú me engañas, yo te creo.

Perdí. Creí que jugabas. Creí que tenía el control. Y ahora que no hay luces, ni escenario, ni telón... ahora descubro cuánto te amo. Tanto que te dejé escribir tu propio guión, actuar en otra obra e incluso escoger a la protagonista. A tú protagonista.

Yo siempre tuve un papel secundario en una historia ficticia. Pantomima

jueves, 15 de marzo de 2012

En quincena..->


Me acuerdo de anoche que te lloré calladita.. calladita como para no asustar a los sentimientos. Mi cuarto se hizo bien chiquito y mi cama fue mi único testigo.
No te dije nada porque pues ¡ya qué?¡. Cuando no hay nada qué decir, es mejor quedarse bien callada. 

Tú me enseñaste que el silencio es un buen compañero. Tú me enseñaste a callar y a dar la espalda para adornar las despedidas.

Y llorar como si se me escapara el alma. Y golpear como si nunca me hubiera golpeado. Y perdonarte como si nunca me hubieras herido. Y guardarme el corazón en los calzones y de un portazo sacudir tus recuerdos. 

Y así, de puntitas, la desdicha se siente más chiquita y luego ya una se acostumbra y luego ya una ni se entera. Hay que aprender a mentirse para que las piernas aguanten y una no se ande acalambrando y termine con el corazón despeinado. Pero hay que aprender a mentirse a la cara, no vaya a ser que luego el pasado la ande acusando a una de cobarde..